Lola Cabrillana es un tuitera (@de_infantil) que se describe como maestra, gitana y escritora. Quienes la seguimos apreciamos su humanidad y su sensibilidad, su cariño y trato hacia su alumnado (y la infancia en general) y sus historias sobre las peripecias de su padre, de su familia y de su entorno, vistas desde el extraordinario punto de vista de una gitana que no lo parece.
Como siempre he disfrutado de su modo de ver la vida y de contar las cosas, compré la que es su primera novela, autoeditada en Amazon, pensando en seleccionar fragmentos para poder tratar en el aula algunos estereotipos, prejuicios y situaciones que afectan a la comunidad gitana (y que podrían ser extrapolados, en parte, a otros colectivos). Me apetecía trasladar al aula esa mirada limpia que nos regala con cada publicación en su red social.
No obstante, aunque he disfrutado de la lectura, no me he visto capaz de hacerlo. Voces color canela entrelaza una decena de historias de mujeres (familiares, conocidas, amigas, compañeras por distintas razones) contadas desde distintas perspectivas, de tal modo que hasta el final no se sabe muy bien por qué está narrado de esa manera. En ellas, se aprecia su fortaleza ante las difíciles situaciones a las que se enfrentan y que podrían estar presentes en la vida de cualquiera. Son ejemplo de resistencia y superación, historias de supervivencia que consiguen animar al lector o lectora a seguir adelante. De hecho, no se menciona la palabra gitana, aunque se adivina de vez en cuando, lo cual es un logro de la autora. La identificación con cualquiera de ellas está servida.
Las amigas están unidas por un proyecto, Mamasú, que tiene un gran calado social. Desprende gran ternura asistir a cómo dichas historias se entretejen y las hacen crecer, cómo miran las unas por las otras, cómo forman un variopinto equipo pero eficaz y, sobre todo, feliz. El marco en el que se desarrolla, Benalmádena, también está tratado de manera muy entrañable.
Entre los "peros", la edición: una letra muy pequeña, unos párrafos excesivamente cortos y un estilo por pulir. Creo que con una buena labor de edición, la novela sería muchísimo más sorprendente. Podría lucir como debe y como merece. Entre las ventajas, que gran parte de la recaudación se dedica a hacer posible ese proyecto, Mamasú, que sueña con ser como se cuenta en la novela pero que aún está despegando. Es por eso por lo que me decido a traerla aquí y compartirla con vosotros, porque las "voces color canela" necesitan ser escuchadas.
Autora de la entrada: Patricia Vera García (Lengua castellana y Literatura)