sábado, 29 de enero de 2022

Una mujer, un voto

Conocí la existencia de la autora Alicia Palmer a raíz del cómic Amelia, historia de una lucha, que cuenta la historia de Amelia Tiganus, superviviente de prostitución (a la que hay que escuchar siempre que haya ocasión). La valentía de este proyecto me hizo interesarme por otros y ahí me topé con Una mujer, un voto, una novela gráfica que narra cómo se consiguió el voto para la mujer. Eso, sumado al 90º cumpleaños de este hito histórico, logró decidirme. La posibilidad de llevarlo al aula también me tentaba, aunque finalmente lo he descartado por considerar que para su correcta comprensión y disfrute son necesarios ciertos conocimientos históricos que los cursos a los que doy clase este año no tienen. Aun así, pienso que puede ser un material extraordinariamente llamativo para acercar a los adolescentes este pedazo de historia.


Una mujer, un voto tiene varias virtudes. La principal, que extrae muy bien los pasos que resultaron imprescindibles para la consecución del derecho al sufragio activo por parte de las mujeres. Consigue que los lectores nos demos cuenta de la magnitud de la lucha. Tampoco hay que perder de vista el gran retrato que hace de todas las protagonistas, especialmente de Clara Campoamor y Victoria Kent, aunque también de otras que la historia parece haber dejado al margen y que esta novela gráfica pone en su lugar, como Benita Asas. No es menos de agradecer que nos hagan digerible esta historia con pinceladas de la vida de una mujer de la época, una de tantas, que ve cómo el feminismo en general y el sufragismo en particular son decisivos para su trayectoria vital.

No obstante, también he echado en falta una mayor caracterización de los personajes en los diálogos. Si bien los dibujos de Montse Mazorriaga con geniales dentro de su aparente simplicidad, incluidas las representaciones de los periódicos de la época, en ocasiones me ha resultado difícil ubicar a cada uno de los personajes. Asimismo, me hubiera gustado una mayor profundización en la historia de MariLuz, puesto que las decisiones a las que se enfrenta me resultan de gran interés.

No es una novela fácil de leer, aunque lo parezca, para los no iniciados en el tema. Hay muchos fragmentos de texto que parecen contaminarse del lenguaje legislativo, hay conceptos que es necesario aprehender y podemos caer en cierta confusión entre los líderes, los partidos, etcétera, de esta época tan convulsa. Las notas al final de la novela son de agradecer y amplían el significado del libro para quien quiera seguir investigando sin entorpecer a quien quiera quedarse en la superficie.

Es, en definitiva, un material de gran calidad para trabajar la época, que creo que no decepcionará. La edición es, además, cómoda y bonita, manejable, de modo que invita a leerla y a revisitarla cada vez que apetezca. Un acierto por parte de estas dos mujeres que buscan hacer de su labor literaria y artística un ámbito de lucha y reconocimiento.

Autora de la entrada: Patricia Vera García, profesora de Lengua Castellana y Literatura del IES Guadiana.

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