Este mes presento un clásico del cómic. Las aventuras de estos dos galos, Astérix y Obélix son muy conocidas en nuestra generación, sin embargo, los jóvenes y adolescentes apenas conocen estos cómics tan divertidos y que nos despiertan enorme simpatía y hasta nostalgia.
Dentro de los viajes de estos dos galos desenredando entuertos y dando a conocer culturas de nuestra Europa, siempre con humor y gracia, está el álbum que sigue siendo el más vendido en España, y que cuenta cómo los dos amigos deben devolver a un niño íbero a su padre, jefe de un clan situado en el sur de la península, entre Córdoba y Sevilla .
Todos los tópicos españoles están incluidos, todas las visiones de los extranjeros sobre nuestras costumbres y nuestra cultura se describen en las viñetas de manera concisa, alegre y sobre todo muy, muy divertida. No se salva nada, desde que los extranjeros hacen enormes colas en las fronteras (el álbum se editó en el 69), las corridas de toros, los "bigotones" masculinos, los cascos con asta de toro, las ropas de los clanes (toreros)... la manera de hablar con los "ole" y el flamenco por las noches ofrecen un retrato cuando menos simpático de nuestra manera de ser. Hasta nuestro Quijote y los molinos están presentes.
De todo esto quizá lo que más risa me despierta son los nombres: "Pepe", "Sopalajo de Arriérez y Torrezno", la posada "Typical Hispanish", Porrompompero y Fandanguez", y un largo etcétera de ocurrentes y graciosos nombres que no pueden evitar arrancarnos una risa.
Invito a todo el mundo a que recupere el candor de un buen cómic, como es Astérix, y sobre todo, sus aventuras por Hispania, que ofrece la oportunidad de reirnos de nosotros mismos, pero al mismo tiempo, sentir admiración por nuestra cultura y nuestra bravura, que también se deja ver en el cómic.
Carmen Arévalo (profesora de geografía e historia en IES Guadiana)
¡qué ganas de redescubrir estos cómics tras esta síntesis tan maravillosa!
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