JULIA NAVARRO: Dispara, yo ya estoy muerto.
A pesar de su extensión, Dispara,
yo ya estoy muerto, de Julia
Navarro es una novela excepcional que no aburre nada. Cuenta la historia de una
familia, los Zucker, que a finales del siglo XIX, durante la última etapa
zarista, perseguidos por su condición de judíos, tienen que abandonar Rusia. A
su llegada a la Tierra Prometida, Samuel Zucker adquiere las tierras de los
Ziad, una familia árabe encabezada por Ahmed. Entre él y Samuel nace un fuerte
vínculo, una sólida amistad que, por encima de las diferencias religiosas y
políticas, se mantiene generación tras generación, en circunstancias tan
difíciles como la Primera Guerra Mundial, el conflicto entre judíos y
palestinos en entreguerras, la Segunda Guerra Mundial y la formación del Estado de Israel. En todos esos momentos
difíciles, las vidas entrecruzadas de los Zucker y los Ziad muestran, además de
un gran espíritu de supervivencia, la posibilidad de convivir judíos y árabes,
en un territorio marcado por la intolerancia. El libro, recrea, además, la vida
en ciudades tan emblemáticas como San Petersburgo, París, Toledo o Jerusalén.
Me parece un libro muy
recomendable. La historia, la religión, la amistad, el amor y las lealtades se
mezclan de manera magistral.Un libro que nos ayuda a entender el conflicto
judío/árabe en Israel/Palestina. Trata el tema de una manera imparcial, está
muy bien documentado y ayuda a conocer y comprender los dos puntos de vista, el
palestino y el judío. El ejemplo de la convivencia entre las dos familias abre
una puerta a la esperanza, esto es, a la convivencia entre judíos y palestinos
en el mismo territorio.
Jesús Tomás Vallejo Cañadilla, profesor de
Geografía e Historia en el IES Guadiana.
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