jueves, 20 de febrero de 2025

Los prisionero de Colditz, de Ben Macintyre

 

 


Los almendros, como todo buen febrero, van floreciendo y apetece pasar ratos al aire libre. Un sencillo placer que no estaba al alcance de los numerosos oficiales aliados que fueron confinados entre los muros del castillo de Colditz durante la II Guerra Mundial. El castillo fue denominado, en el registro de prisiones alemanas, como “Oflag IVc”, y se reputaba como un lugar inexpugnable, del que era imposible evadirse. Además había que tener en cuenta su lejanía de la frontera suiza, por lo que las probabilidades de fuga se veían consiguientemente mermadas. Al menos en teoría.

El autor del libro es Ben Macintyre, periodista y autor de prestigio, muchos de cuyos trabajos se han adaptado como documentales para la BBC. Aunque en este libro ha abordado un tema mítico, que ya ha hecho correr ríos de tinta y ha conocido numerosas adaptaciones audiovisuales (incluso existe un juego de mesa del estilo del Monopoli), ofrece una visión rigurosa, apasionante pese a no salirse del terreno del ensayo y enriquecida con abundante material gráfico.

Colditz se puede considerar un triunfo de la inteligencia humana. Los prisioneros eran oficiales con, por lo general, un elevado nivel cultural, y pusieron a prueba su materia gris para ingeniar numerosas formas de fugarse de Colditz: confección de uniformes alemanes, excavación de túneles, acopio secreto de provisiones y otros bastimentos, falsificación de documentos... Incluso se llegó a fabricar un aeroplano de dos plazas. En la prisión eran tratados con humanidad, con arreglo a lo establecido por la Convención de Ginebra: recibían paquetes de socorro de la Cruz Roja, se les proporcionaban alimentos y prendas de abrigo, no eran obligados a trabajos forzados…

El libro tiene la cualidad de introducirnos en el día a día de los prisioneros. Aunque siempre han existido como referencia bibliográfica los relatos autobiográficos de uno de los prisioneros, el mayor británico Pat R. Reid (1910-1990), que llevan por títulos “La historia de Colditz” y “Últimos días en Colditz”, el trabajo de Ben Macintyre aventaja en claridad expositiva a aquellos, siempre desde mi humilde punto de vista. 

Colditz ha inspirado muchas adaptaciones cinematográficas. La primera de ellas data de 1955, y fue dirigida por Guy Hamilton (1922-2016), director que firmaría asimismo algunas cintas de la saga de James Bond en la década de 1970.

Particularmente, yo  recuerdo la serie de la BBC, que fue emitida a mediados de los 80 por RTVE con el título “La fuga de Colditz”. Tuvo un gran éxito entre todos los que la seguíamos, pese a que fue rodada en el bienio 1972-1974, comprendiendo dos temporadas. Con los años llegué a leerme las novelas de Pat R. Reid y adquirí el juego de mesa, por lo que se puede decir que soy un friki de la historia de Colditz, en tanto que prisión durante la II Guerra Mundial.

En definitiva, nos encontramos ante un libro que cautivará la imaginación de los que desconocen la historia y, a los que la conocemos, nos permitirá sentar una ambiciosa visión de conjunto.

Aquí tenéis el acceso al vídeo que vamos a ver en clase:


 

Julián Maestre (profesor de Física y Química en el IES Guadiana).

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