Este mes de marzo me he inclinado por esta obra. Se trata de un conjunto de novelas que aborda varias temáticas en torno al fenómeno de la despoblación de la España rural. En alguna de ellas (“Fugitivo”, “Voces de la Marisma”), los animales llevan la voz cantante, muy en la línea del escritor inglés Rudyard Kipling (1865-1936, autor del clásico “El libro de la selva”), ofreciendo la interpretación de los mismos ante los efectos causados por la intervención humana en el medio ambiente. Otras novelas (“El alimañero”, “El último trashumante”) se centran en los viejos oficios, en la vida en las aldeas, los bosques, las riberas, las dehesas y los páramos, en los que la presión demográfica cada vez es menor; una vida no exenta de encantos pero también con sus parcelas oscuras, que desdoran la imagen idílica del conjunto.
El lenguaje utilizado es de una elaboración y una riqueza de términos reveladora para los que estamos influidos por los usos y costumbres de los grandes núcleos de población. En algunos momentos parece como si las plumas de Benito Pérez Galdós (1843-1920), de Miguel Delibes (1920-2010) y de Francisco García Pavón (1919-1989) hubieran resurgido de viejos libros polvorientos, olvidados por las generaciones actuales. Tenemos, por consiguiente, un sabroso bocado literario, que pocos van a degustar, puesto que no es un libro al que se le haya dado la promoción que merece (tal vez motivo a la pandemia que estamos padeciendo). Y es una lástima; la falta de publicidad provoca, a veces, que nos perdamos auténticas joyas literarias.
Borja Cardelús y Muñoz-Seca, el autor, tiene una dilatada experiencia en la divulgación de las cuestiones medioambientales que afectan a nuestra querida piel de toro. Numerosos han sido sus escritos y conferencias a este respecto. Por poner un ejemplo, fue el guionista de la serie de televisión “La España salvaje”, producida en 1996 y que contaba con la presentación de Felipe de Borbón, entonces príncipe de Asturias; se intentó, de esta manera, resucitar los recordados espacios de naturaleza que causaron furor en la parrilla televisiva de los años 70 y 80 (“El hombre y la tierra”, “El arca de Noé”…).
Aunque Cardelús bebe de la tradición de los grandes divulgadores de la naturaleza de nuestro país (Félix Rodríguez de la Fuente, Joaquín Araújo, Benigno Varillas…), yo destacaría su maestría con la palabra escrita, lo que aporta a sus textos una dualidad didáctica: la científico-antropológica y la meramente lingüística.
Espero haberos suscitado el interés por este libro. La España que no se escucha en las ciudades está llena de voces y matices variopintos, y es hora de descubrirlos. Nos va en ello más de lo que parece.
Julián Maestre (Profesor de Física y Química en el IES Guadiana).
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