lunes, 11 de enero de 2021

Los miserables, de Víctor Hugo

 



 Yo no lo llamaría libro, ¡lo llamaría milagro!; novela tampoco, sino epopeya… Una historia sobradamente conocida a través de las adaptaciones cinematográficas y el musical del mismo nombre, pero que en la actualidad no suscita la atención de muchos lectores debido a su elevado número de páginas. 

Víctor Hugo (1802-1885), el autor, está considerado una de las grandes cimas de la literatura francesa y, por ende, de la literatura universal. León Tolstói (1828-1910), otro famoso autor de la época, calificó la novela que nos ocupa de “inmensa”. Y no le faltaba razón para ello.

Víctor Hugo, un poeta impenitente, se atreve a esbozar en “Los miserables” el destino de la humanidad: la búsqueda de la redención, el anhelo de hacerse mejor persona escuchando la voz de la conciencia antes que atender a los usos y costumbres de una sociedad que pierde al individuo en medio de las conveniencias de la muchedumbre; una sociedad que encumbra a los privilegiados y a los miserables los arrastra por el fango. El cristianismo al fin y a la postre. Y en esta novela el autor también expresa su concepción de la libertad: escribe dando vuelo a su experiencia de vida, a su admirable sapiencia, no doliéndole prendas el romper el discurso narrativo para ofrecer ensayos de diferentes temáticas.

Jorge Luis Borges (1899-1986), eximio escritor argentino, llegó a afirmar que “es curioso advertir que el estilo de Dios es casi idéntico al de Víctor Hugo”.

He releído la novela varias veces a lo largo de mi vida. Sólo tengo una cosa que lamentar: ¡ojalá pudiera leerla de nuevo sin saber nada de ella! Sin duda, es un libro que, pese a su desmesurado volumen, me llevaría a una isla desierta.

  

Julián Maestre (profesor de Física y Química en el IES Guadiana).

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