domingo, 19 de abril de 2020

El piloto del Danubio, de Julio Verne





Hubo un tiempo, no muy lejano, en que la moda de leer las novelas del autor francés Julio Verne (1828-1905) estaba muy extendida entre la juventud española, sobre todo a raíz de las míticas ediciones profusamente ilustradas de la ya extinta editorial Bruguera. Cualquiera de estas novelas de aventuras representaba un sano ejercicio para entrenar la imaginación y la inteligencia, hacerse con los rudimentos del lenguaje y conocer lugares remotos sin necesidad de salir del salón de casa.
Con la situación de confinamiento que padecemos, he querido leerme este libro, que forma parte de los que aún me quedan por leer de este autor. Fue publicado a título póstumo, y coincide con la última época de la producción del autor galo, afectada de notable pesimismo y desconfianza en los valores humanos. A esta hornada pertenece también El faro del fin del mundo, otra novela en la que se ponen de relieve los extremos que puede alcanzar la maldad humana.
Me he leído de un tirón el libro que nos ocupa. Aparte de la siempre grata descripción de las riberas del Danubio desde su nacimiento hasta su desembocadura, desarrolla una trama sentimental y policiaca, llevada a un ritmo vertiginoso, que no tiene que envidiar a los modernos thrillers que hoy saturan el mercado editorial. También es una buena ventana para asomarse a las convulsiones políticas que azotaron la Europa del Este durante el último tercio del siglo XIX.
Se mire por donde se mire, Julio Verne jamás va a defraudar a sus lectores. Sus obras permanecerán a lo largo de los siglos, a pesar de las modas. No lo dudes y lee alguna de ellas, tengas la edad que tengas.


Julián Maestre (Física y Química).

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