Esta novela ha conocido numerosas adaptaciones
cinematográficas, pero ninguna de ellas ha podido superar su encanto. En sí
misma, es una película: una sucesión de imágenes y paisajes de gran belleza, un
lenguaje sencillo, transparente y poético, sabiamente dosificado, sin llegar a atosigar;
una trama absorbente que te lleva casi a devorar el libro de una sentada; y
valores…, valores que en un primer momento pueden parecer anticuados, si bien en la intimidad del corazón siempre
tienden a rejuvenecer: amor, sacrificio, heroísmo, humildad, grandeza de alma...
Se trata de una novela que, aunque la releas
sucesivas veces a lo largo de los años, siempre te deja la impresión enorme de la
primera lectura de juventud.
En mi caso particular, vi la película antes de la lectura,
una película que me encantó y me sirvió de estímulo para enfrentarme a la
novela. Sin duda alguna, el libro supera cualquiera de sus adaptaciones
cinematográficas. “Las cuatro plumas” te hace apasionante el hecho de imaginar:
visualizas fácilmente las escenas y te ayuda a disfrutar de la belleza de las
palabras y su poder evocador. He perdido la cuenta de las veces que he releído
este libro, y nunca me he sentido defraudado; siempre he encontrado nuevos
detalles que aportan solidez a la historia y predisponen al gozo de la lectura.
Por cierto, el capítulo XVII hace un guiño a la
materia de la que soy profesor. Lleva por título: “El coronel Trench finge
conocimientos de química”.
No daré muchos detalles: En la Inglaterra de finales
del siglo XIX (época victoriana), Harry Ferversham es un oficial del ejército
británico a quien la vida sonríe. Está a punto de casarse con una bella
muchacha y cuenta con el afecto de tres fieles amigos, oficiales como él.
Temeroso de perder esta felicidad, y ante la entrada en guerra de Inglaterra
con una serie de tribus belicosas del Sudán, Harry incurre en un acto de
cobardía. Esto provoca la ruptura de su compromiso con Ethne Eustace (su novia)
y el desprecio de sus amigos. Cada uno de ellos le hace llegar una pluma, que
en aquellos tiempos era como llamarte “gallina” (cobarde), un verdadero drama
en la Inglaterra victoriana. Desde las sombras de la degradación de su vida,
Harry decide redimir su honor, sin ilusiones de lograrlo y sin esperar nada a cambio.
Debe conseguir devolver las plumas a sus dueños con verdaderos actos de
valentía… Si queréis saber si lo logra, tendréis que leer el libro.
El autor es A.E.W. Mason (1865-1948), un fecundo escritor
inglés de novelas de aventuras y policíacas. Aparte de las cuatro plumas,
escribió “El misterio de la Villa Rosa”, “El último tigre”, “El prisionero en
el ópalo”, “Miranda la del balcón” (de este último libro os hablaré en otra
ocasión; como adelanto, os diré que hice un viaje a la ciudad malagueña de
Ronda influido por su lectura). He tenido el placer de leer estos libros, pero
ya no son fáciles de encontrar, ni siquiera en internet; están descatalogados.
Sin embargo, “Las cuatro plumas” está al alcance de
todos y se encuentra con facilidad. La editorial Edhasa lo reeditó en 2005.
Atrévete a leerlo. Te dará vida y emoción.
Julián Maestre (Física y Química).
No hay comentarios:
Publicar un comentario